miércoles, 13 de febrero de 2013

Mi visión del Aikido, por Sensei Bravo

Sensei Bravo
Me gustaría empezar agradeciendo a Guillermo por haber pensado en mí e invitarme a escribir en su blog. No ha sido una invitación con tan poco tiempo como pone en el post anterior, en realidad ha habido tiempo más que de sobra. Lo siguiente es felicitarle, primero por el grandísimo trabajo que está haciendo con este magnífico blog, y segundo por alcanzar las 60000 visitas en el blog. Si no me salen mal las cuentas llevas con el blog algo menos de 1000 días (¿desde el 28 de mayo de 2010?), con lo que sale una media de más de 60 visitas por día. Todos sabemos que al principio accedías desde varios ordenadores para subir el contador (es broma!!), pero aunque no se mucho de internet y blogs, me da la impresión que es muy destacable conseguir un número tan alto de visitas en este tiempo y por eso me gustaría felicitarte también.

En cuanto a este post, había empezado con la idea de tocar otros temas, aunque ahora que me siento a escribirlo me parece lo más natural intentar plasmar en este texto un concepto general sobre mi visión del Aikido, con todas las carencias que pueda tener. Quizás para gente veterana no aporte nada nuevo, pero igual para algún principiante pueda ser más enriquecedor. Espero expresarme con claridad suficiente, y que la lectura resulte al menos interesante.

La práctica fundamental del Aikido se ve reflejada en una serie de técnicas muchas de las cuales no son exclusivas de este arte marcial. De hecho, de todos es sabido que O'Sensei practicó con otros maestros, y aprendió de otras escuelas antes de crear el Aikido. Lo que hizo que O'Sensei destacara tanto con respecto a otros Maestros fue el cambio fundamental en la estrategia a la hora de resolver el conflicto. El principio fundamental que rige este arte, al menos como yo lo entiendo (como me lo han transmitido), es la unión con el atacante, para así poder reducir la agresión aprovechando su energía.

De un único Maestro (O'Sensei Morihei Ueshiba) salieron muchísimos alumnos, cada uno de los cuales interpretó el mensaje de una manera particular. Alguno de sus alumnos directos se refería a O'Sensei como el gran genio que no necesariamente sabe explicar de forma sencilla e inteligible aquellas cosas que para él son tan naturales. Además, la forma de practicar y enseñar de O'Sensei fue evolucionando con los años y, con mayor edad adquirió una mayor espiritualidad. Por eso hay tan diversas formas de practicar dentro de la famila del Aikido: algunas de ellas se quedan cerca del lado marcial, y en cambio otras están más cerca del espiritual. La opinión que una persona pueda tener sobre el Aikido dependerá mucho del Maestro o instructor que tenga, y de las influencias que éste haya tenido dentro del Aikido u otras artes marciales. Al no haber competición regulada es muy difícil argumentar qué estilo es mejor o peor, o qué merece ser llamado Akido y qué no.

Lo que sí tienen en común las diferentes visiones, de muchos de los grandes Maestros de Aikido, es que en la práctica, el alumno debe aprender a defenderse de diversos ataques. En este aprendizaje necesita de un compañero que ejecute los ataques, y frente a ellos ha de realizar los movimientos adecuados en el momento preciso. Del grado de intensidad con el que se realice la práctica dependerá mucho, al menos según mi punto de vista, las capacidades que adquiere el alumno. Un alumno que está todo el día recibiendo tsukis a 0.5 metros por segundo de velocidad tendrá más dificultades para defenderse frente a un tsuki lanzado a 3 metros por segundo que un alumno que acostumbra a recibir tsukis a esa velocidad. Además, la correcta ejecución del ataque por parte de Uke, tanto en precisión como en intensidad, en el fondo no hacen más que ayudar a Tori a mejorar su técnica. El practicante aprende, o debe aprender, a evaluar al compañero con el que practica para ajustar la intensidad del ataque o técnica en función de su nivel con el fin de poder aprender ambos, cosa que no se consigue si la intensidad del ataque o técnica está muy lejos del alcance del compañero. Si ambos compañeros encuentran el nivel de intensidad adecuado para el correcto aprendizaje de ambos se puede observar la armonía del movimiento. En esta práctica armoniosa, Tori debe captar desde el instante inicial el ataque de Uke, uniéndose a él y trazando la acción de forma que sólo haya un único centro en el movimiento, centro sobre el cual debe tener el control hasta el final de la técnica. Uke debe realizar un buen ataque y no entregarse inmediatamente a la voluntad de Tori (derrotándose) sino que debe seguir vivo y con intención (todo en su justa medida) siendo una parte importantísima del desarrollo de la práctica. Como en la práctica habitual parece que el protagonista es únicamente Tori, solemos tender a no tomar en serio nuestro papel como uke. Es tan importante o más que aprender a ejecutar bien las técnicas, aprender también a ser buen Uke (no simplemente dóciles seguidores). Un buen practicante de Aikido progresa en la medida en la que mejora de forma equilibrada sus aptitudes como Tori y sus aptitudes como Uke, y en la medida en la que consigue practicar en armonía con el mayor número de compañeros de diversos niveles.

Bueno, este es un pequeño resumen de mi visión del Aikido y lo que intento transmitir a mis alumnos. Espero que la lectura haya sido de interés para alguno de vosotros. También espero poder seguir disfrutando por mucho tiempo de esta práctica tan compleja a veces, tan natural otras, pero siempre marcial, dinámica y satisfactoria.

Un abrazo a todos, en especial a mis alumnos, compañeros y a los que me han transmitido este Arte

6 comentarios:

  1. Hola Guillermo,
    Muchas felicidades una vez más por tu gran trabajo y por compartir esta interesante reflexión del Sensei Bravo, muchas gracias a él también
    un abrazo

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  2. Hola, Guillermo,
    Excelente articulo de Bravo Sensei, gracias por compartilo. Felicitaciones por tu Blog.
    Abrazo

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    Respuestas
    1. Muchas gracias a tí, me alegro que te haya gustado.

      Un abrazo

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  3. Una duda, esa vision tambíén se debe de aplicar a los diferentes examenes de grado.

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  4. Hola Anónimo,

    Muchas gracias por dejar tu comentario.

    Me voy a permitir tutearte, espero que no te moleste.

    Me gustaría aclarar que en el texto yo símplemente he querido explicar un resumen de cómo yo entiendo el Aikido y cómo lo intento explicar en clase. No he intentado explicar algo que deba imponerse a nadie, cada persona somos diferentes e interpretaremos lo que nos enseñan de un modo particular. No soy yo quien determina el criterio que se ha de usar en los pasos de grado. Cuando se presencia un examen de otras personas, hay que tener en cuenta que, si su profesor les ha propuesto para examinarse, será que en el día a día han demostrado reunir las condiciones necesarias para tener ese nivel. A veces algunos grados se otorgan no tanto como una medida de la calidad específica de la ejecución de algunas técnicas, sino como reconocimiento a un trabajo, o un esfuerzo. Hay multitud de criterios para "promocionar" a un estudiante, ya están los altos grados para apoyar en la decisión a profesores menos experimentados como un servidor.

    Espero haber aclarado algo tu duda.

    Un saludo cordial,

    Javier

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